La Batalla de Boyacá | |
El sábado 7 de agosto de 1819 los Ejércitos español y criollo se enfrentaron en el campo de Boyacá. Cada uno tenía un objetivo diferente: El Ejército Realista tenía como misión tomarse Santa Fe de Bogotá y el Liberador deseaba impedir a toda costa esta maniobra. El Ejército Liberador, conformado por 2.850 combatientes entre criollos, mulatos, mestizos, zambos, indígenas y negros estaba comandado por el general Simón Bolívar; la vanguardia, por Francisco de Paula Santander y la retaguardia, por el general José Antonio Anzoátegui. Por su parte, el Ejército Realista – que pertenecía a la tercera división del Ejército Expedicionario de la Reconquista - estaba conformado por 2.670 soldados, de los cuales 2.300 eran de infantería, 350 de caballería y 20 de artillería. Su Comandante General era el coronel José María Barreiro; el Jefe del Estado Mayor, el Coronel Sebastián Díaz y lo comandaba el Coronel Francisco Jiménez. Pero para Simón Bolívar no fue un impedimento su fuerte rival y aprovechó las oportunidades de su estadía en Tunja para vigilar los pasos del enemigo. Fue entonces cuando los patriotas treparon por matorrales y se presentaron de improvisto al Ejército de Barreiro en el puente de Boyacá. A pesar de que la acción militar era intensa en los dos bandos, las Fuerzas Patriotas tenían unidad y facilidad en las comunicaciones, mientras que los Realistas estaban incomunicadas y separadas por el Teatino y la vanguardia patriota. Al final, el coronel Barreiro no pudo lograr parar la rapidez con la que las tropas Patriotas los rodearon como "anillo de fuego". No tuvieron más remedio que rendirse ante el Ejército Patriota, con su comandante Santander, 'Héroe de Boyacá'. La batalla terminó a las 4 de la tarde. Murieron más de 100 realistas, 13 soldados patriotas y 53 resultaron heridos. Barreiro, junto a los principales Jefes Realistas y 1.600 soldados, fueron hechos prisioneros. Así termina la Campaña Libertadora de 1819 que se realizó durante 77 días, desde el 23 de mayo cuando el Libertador Simón Bolívar expuso el Plan en la aldea de los Setenta ante los Jefes del Ejército Patriota, siguiendo un trayecto militar desde los Llanos de Casanare, la cordillera de los Andes y las tierras de Tunja. El Plan culminó en el Puente de Boyacá. La Batalla de Boyacá se convirtió en el inicio de la independencia del norte de Suramérica, y se considera de suma importancia pues llevó a los triunfos de las Batallas de Carabobo en Venezuela, Pichincha en Ecuador y Junín Ayacucho en el Perú y Bolivia. |
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lunes, 17 de enero de 2011
la batalla de boyaca y los ejercitos
lunes, 29 de noviembre de 2010
batala en el puente de boyaca
Batalla de Boyacá
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Batalla de Boyacá | |||||||||
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Parte de Independencia de Colombia | |||||||||
Batalla de Boyacá. Óleo de Martín Tovar y Tovar, París 1890. | |||||||||
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Beligerantes | |||||||||
Nueva Granada República de Venezuela Legión británica | Reino de España | ||||||||
Comandantes | |||||||||
Simón Bolívar. Francisco de Paula Santander. José Antonio Anzoátegui. Carlos Soublette | José María Barreiro Francisco Jiménez Sebastián Díaz | ||||||||
Fuerzas en combate | |||||||||
Total 2.800[1] -2.850[2] | 2.200[1] - 2.670[2] | ||||||||
Bajas | |||||||||
13 muertos y 53 heridos | 250 muertos o heridos, 1.600 prisioneros |
La Batalla de Boyacá |
7 de agosto de1.819 |
Acción perteneciente a la campaña Libertadora de Nueva Granada. Como consecuencia de su movimiento desde Bonza, Simón Bolívar había tomado posesión de la ciudad de Tunja el 5 de agosto de 1819, interfiriendo las comunicaciones de la tercera división realista bajo el mando del coronel José María Barreiro, quien, para recuperarlas, se desplazó por el camino principal, a través del páramo de Cómbita, para llegar a la localidad de Motavita el día 6. El 7, Barreiro se puso en marcha hacia la zona de Boyacá para ganar el puente sobre el río Teatinos y seguir de allí a Santa Fe de Bogotá. Advertido de este movimiento, Bolívar ordenó la marcha de su ejército, también hacia el puente de Boyacá, dispuesto a tomarlo para impedir a Barreiro su desplazamiento hacia la capital granadina. La marcha de estas 2 fuerzas originó la batalla de Boyacá. A las 2:00 p.m. de ese día, la vanguardia realista llegaba al puente, en el momento que hacía su aparición la descubierta de caballería patriota, la cual recibió el ataque de algunos cazadores enemigos; el grueso realista se hallaba como a 1.000 m de su vanguardia. La descubierta patriota neutralizó el ataque de los cazadores, los cuales se retiraron hasta la margen opuesta del río. Entre tanto, el grueso del ejército patriota entraba al campo de batalla; las fuerzas realistas intentaron un movimiento por su derecha, el cual fue interceptado por el batallón Rifles y una compañía de voluntarios británicos. Esta acción fue seguida por el avance de los batallones Bravos de Páez y Barcelona contra el centro realista y el de los batallones Nueva Granada y Guías que fueron a reunirse al batallón de Cazadores para formar la izquierda republicana. La reserva quedó constituida por las columnas de Tunja y del Socorro. Al empeñarse el combate en todo el frente, el general José Antonio Anzoátegui cargó contra la fuerza principal del enemigo y al producirse la ruptura, envolvió a los cuerpos contrarios con cuya intervención fueron puestos fuera de combate. Casi simultáneamente, el general Francisco de Paula Santander, con las operaciones del ala izquierda, forzó el paso del puente y completó la victoria. H.B.B. |
BIBLIOGRAFÍA: AGUILERA, MIGUEL. La presencia de Bolívar en Boyacá. Bogotá: El Gráfico, 1936; AUSTRIA, JOSÉ DE. La batalla de Boyacá y sus consecuencias militares y políticas. Quito: Editorial de Artes Gráficas, 1926; BENCOMO BARRIOS, HÉCTOR. Campaña libertadora de Nueva Granada: batalla de Boyacá. Caracas: Grijalbo, c. 1991; Boyacá: homenaje a la República de Colombia. Caracas: Ediciones de la Presidencia de la República, 1969; BRICEÑO PEROZO, MARIO. La campaña de Boyacá: jornada bolivariana de unidad nacional. Caracas: s.n., 1969; Campaña del Ejército Libertador colombiano de 1819... Bogotá: Estado Mayor del Ejército, 1919; FRIEDE, JUAN. La batalla de Boyacá, 7 de agosto de 1819: a través de los archivos españoles. Bogotá: Banco de la República, 1969; GUERRERO, GUSTAVO S. Batalla de Boyacá: centenario. Pasto: Imprenta del Departamento, 1919; MERCADO, JORGE. Campaña de invasión del teniente general Don Pablo Morillo 1815-1816. Bogotá: Ejército de Colombia, Estado Mayor General, 1919; NUCETE SARDI, JOSÉ y OTROS. La campaña libertadora de 1819. Caracas: Academia Nacional de la Historia; Ministerio de Educación, 1969-1970. 2 v.; PEÑUELA, CAYO LEONIDAS, comp. Álbum de Boyacá: [compilación documental bolivariana: 1818-1819]. 2ª ed. Tunja, Colombia: s.n., 1969-1970. 2 v.; PÉREZ TENREIRO, TOMÁS. La maniobra y la batalla. [Caracas: Ministerio de la Defensa, 1957?]; VALLENILLA LANZ, LAUREANO. Centenario de Boyacá... Caracas: Tip. Americana, 1919. |
VERSIÓN REALISTA |
LA PÉRDIDA FINAL DE UN VIRREYNATO EN BOYACÁ Y LA SALVACIÓN DE LOS ARCHIVOS EN SANTA FE |
Las noticias sobre el triunfo de los patriotas y en especial el del Puente de Boyacá, el 7 de agosto, tomó por sorpresa y desorientó a las autoridades coloniales. El Virrey Juan Sámano huyó y le siguieron otros funcionarios. La Real Audiencia apenas pudo disponer la custodia del sello real y la conservación de los archivos. |
(1819) |
LA BATALLA DE BOYACÁ, RELATADA POR EL LICENCIADO GABRIEL GARCÍA VALLECILLOS, OIDOR SUB-DECANO DE LA REAL AUDIENCIA DE SANTAFÉ EN COMUNICACIÓN AL REY. |
Señor: El Oidor Subdecano de Vuestra Real Audiencia de Santafé aunque poseído del mayor sentimiento se ve precisado a comunicar a Vuestra Majestad su traslación y la de los demás Ministros de esta plaza por el desgraciado acontecimiento con la Tercera División de Ejército Expedicionario que el día 7 de agosto fue sorprendida en el Puente de Boyacá por el rebelde Bolívar con una fuerza como de 4.000 hombres muchos de ellos ingleses y negros de Santo Domingo con la ventaja de haber tenido tiempo para colocarse y tomar posición porque la neblina o lo falso del espionaje que servía al Comandante General Barreiro le impidieron tener conocimiento de cuándo levantaba su campamento, hasta después de haber emprendido su marcha. Fatigada vuestra División Real para poderle dar alcance cuando lo consiguió, el enemigo la esperaba en un lugar escabroso donde no puediera desplegarse ni operar la caballería tomando ventajosa posición en las alturas que dominaban el terreno, y temerosa acaso por lo ir defenso del punto, se esparció en ella la confusión, y antes, Señor, de 20 minutos, se puso en dispersión, quedando prisioneros el Comandante General Barreiro y su segundo Jiménez, sin que hubiese habido mortandad porque, puede decirse que no hubo batalla. El enemigo cubrió los caminos de la capital y siguió marchando para ella pudiendo salvarse por casualidad dos oficiales que dieron la noticia a vuestro Virrey el día siguiente a las once de la noche, con el anuncio fatal de que los enemigos estaban en aquellas inmediaciones, y como en la capital ho había más fuerza que la de 400 reclutas del Batallón de Aragón, fue el motivo porque se creé que vuestro Virrey determinó el abandono. Con tal conocimiento a las tres de la mañana del día nueve se determinó en Acuerdo recoger vuestro Sello Real y seguir a esta plaza o al punto donde se viese que el Gobierno podía colocarse sin una sorpresa del enemigo, siendo el principal objeto, que las Provincias libres no quedaran sin el apoyo y consuelo de la justicia, como un mes antes lo habían premeditado el Tribunal y puéstolo en conocimiento de su Presidente para que previese y deliberáse si era posible evitar en tiempo este funesto mal, pero en la última hora con angustias y peligros, apenas hubo lugar para prepararse a salir marchando a pie algunos de los Ministros, teniendo que abandonar lo que el trabajo de muchos años les había proporcionado para su decente comodidad, caminando día y noche, otros con sus delicadas esposas y tiernos hijos andando a pesar de la obscuridad y de los males e intemperie, arrostrando el hambre y todo género de peligros, porque sólo de este modo pudieron haber salvado sus vidas. Los pueblos estaban algunos mal dispuestos y sus vecinos en las orillas del Río asaltaban las barcas indefensas. El día nueve a las seis de la mañana fue el abandono de la capital; a las cuatro de la tarde se cuenta que entró en élla el enemigo y que se ha ido extendiendo a otras provincias del Reino, no sabiéndose el estado de las demás por la incomunicación en que se está con ellas, y sí con certeza que están libres de su yugo, las de Ocaña, Río Hacha, Santa Marta, Cartagena y Panamá. El día 22 del pasado septiembre, con motivo de indisposición del Oidor Decano, ofició vuestro Virrey al Ministro que representa, encargándolo del mando del Gobierno Superior del Reino, con el objeto de reorganizar el ejército y seguir con él las operaciones militares, cuya salida no ha verificado todavía y al mismo tiempo su determinación de que en esta plaza se situase vuestra Real Audiencia, para que se determinara lo conveniente a su restablecimiento, por lo cual se ha dado por el que representa las oportunas disposiciones y hecho congregar a vuestros Ministros par los Acuerdos preparatorios al restablecimiento con lo que dentro de pocos días dará principio vuestro Real Tribunal al ejercicio de sus funciones, y en el entretanto como el inmediato en antiguedad, el que representa ha creído de su deber dar a V. M. en su Supremo Consejo estas noticias para no se carezca del conocimiento que debe haber del estado y situación de este Reino y que con sus sabios conocimientos propenda a su tranquilidad y restauración. Dios guarde la C.R.P. de V. M. los más que la Monarquía ha menester. Cartagena de las Indias, 10 de octubre de 1819. |
El Decano Regente de la Real Audiencia de Santafé Francisco de Mosquera y Cabrera decía al Rey el 4 de enero de 1820 desde Cartagena de Indias lo siguiente: |
[...] Por él se ve que la Audiencia dispuso el modo de llevar consigo el Sello Real, y dio la única providencia que en circunstancias y momentos tan apretados era adaptable para conservar su archivo. El Ministro que representa como Director de la Junta de Montepío, puso también en orden en cuanto fue posible, a que se libertasen los fondos que existían depositados en Caja pertenecientes a varios pensionistas de todas las provincias, que por no haber enviado sus poderes, no los habían percibido; y oficiando a los Ministros de la Real Audiencia para que los sacasen con los caudales de V. M. y contestándole de palabra, que no había tiempo ni bagajes para verificarlo, los puso en poder del Tesoro del mismo Monte para que cuidase de ocultarlos, socorriendo entre tanto a las viudas que los reclamasen con derecho y documentándose en debida forma. (Componían la Real Audiencia los siguientes Oidores: Francisco de Mosquera y Cabrera; Gabriel García Vallecillos, Pablo Hilario Chica y José Miguel Castillo, Oidores. Agustín de Lopetedi y Eugenio Miota, Fiscales: y Marcelino Trujillo, Secretario). |
Archivo General de Indias. Audiencia de Santafé. 748 |
batallas en colombia
7 de agosto de 1819
BATALLA DE BOYACÁ
BATALLA DE BOYACÁ
1819 UN AÑO DECISIVO
A lo largo de 1819 se desarrollaron decisivos acontecimientos en la historia política y militar de la revolución granadina que condujeron a la desaparición del virreinato y la proclamación de una república en el extremo norte de Suramérica. Podemos distinguir cuatro aspectos en el desarrollo de la ofensiva anticolonial: La consolidación política y militar de la provincia de Casanare, especialmente a partir de la llegada de Francisco de Paula Santander como jefe supremo para la organización de esa provincia, la instalación del Congreso de Angostura en el territorio libre de Guayana, por medio del cual comenzaron a sentarse las bases de una organización y administración políticas del país que nacería; la decisión de invadir la Nueva Granada, cruzando los Andes desde los llanos de Casanare, y con un ejercito de granadinos, venezolanos e ingleses al mando de Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander y José Antonio Anzoategui; Y, finalmente, a partir del 7 de agosto, el comienzo de una nueva administración, afirmada de un poder ejecutivo ejercido por el presidente Bolívar y el vicepresidente Santander, y un poder legislativo representado por el Congreso de Angostura que, a finales de 1819, proclamaría la creación de la República de Colombia, constituida por la Capitanía de Venezuela y el Virreinato de la Nueva Granada, base de un proyecto estratégico para la liberación de los terroristas americanos en poder de España.
La consolidación de la provincia de Casanare
A lo largo de 1819 se desarrollaron decisivos acontecimientos en la historia política y militar de la revolución granadina que condujeron a la desaparición del virreinato y la proclamación de una república en el extremo norte de Suramérica. Podemos distinguir cuatro aspectos en el desarrollo de la ofensiva anticolonial: La consolidación política y militar de la provincia de Casanare, especialmente a partir de la llegada de Francisco de Paula Santander como jefe supremo para la organización de esa provincia, la instalación del Congreso de Angostura en el territorio libre de Guayana, por medio del cual comenzaron a sentarse las bases de una organización y administración políticas del país que nacería; la decisión de invadir la Nueva Granada, cruzando los Andes desde los llanos de Casanare, y con un ejercito de granadinos, venezolanos e ingleses al mando de Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander y José Antonio Anzoategui; Y, finalmente, a partir del 7 de agosto, el comienzo de una nueva administración, afirmada de un poder ejecutivo ejercido por el presidente Bolívar y el vicepresidente Santander, y un poder legislativo representado por el Congreso de Angostura que, a finales de 1819, proclamaría la creación de la República de Colombia, constituida por la Capitanía de Venezuela y el Virreinato de la Nueva Granada, base de un proyecto estratégico para la liberación de los terroristas americanos en poder de España.
La consolidación de la provincia de Casanare
La transformación de la situación de la provincia de Casanare fue el resultado de una evaluación de las circunstancias internas y externas, de carácter político y militar, que ofrecían una oportunidad favorable para golpear simultáneamente a Morrillo en Venezuela y a Samano en Nueva Granada. A mediados de 1818, Bolívar recibió informes provenientes del sur del continente, que anunciaban un progreso en hechos de armas de los revolucionarios, de igual forma, la Nueva Granada vivía en medio de la represión y la desesperación, con unas tropas criollas reclutadas por los Españoles, cada vez mas descontentas, con una sociedad dispuesta a tomar las armas y enfrentarse a las autoridades y tropas coloniales, y con un territorio sacudido por la acciones guerrilleras, con capacidad de aislar a Santafe, cortando las comunicaciones.
La provincia de Casanare, si bien estaba fuera de control español, carecía de orden y estabilidad política y militar; la rivalidad entre los jefes guerrilleros y la ausencia de un mando central y único impedían sacar provecho de esa importante posición que, enlazada como la provincia de Guayana, gozaba de libertad de circulación terrestre y fluvial para aprisionarse de armas y demás elementos para una nueva fase de la guerra. Una vez reunidos todos los elementos, Bolívar resolvió consolidar a Casanare como la avanzada de la revolución y vía para la invasión de la Nueva Granada. Con este fin, designo a Santander como jefe supremo de la provincia, con la misión especifica de organizar las fuerzas guerrilleras que allí operaban, consiguiendo mas reclutas, y crear un ejercito disciplinado. En su opinión, la invasión de la Nueva Granada colocaría a Morrillo en una situación militar y política insostenible, pues su única salida seria abandonar Venezuela, o perecer frente al avance seguro de las tropas revolucionarias.
El regreso de Santander a Casanare no resultó fácil; No solo significaba imponerse a los jefes tradicionales, sino también superar la hostilidad vivida entre granadinos y venezolanos desde el comienzo del exilio de los sobrevivientes de Cachiri y de las Provincias Unidas, fomentada, también, por la rivalidad entre caudillos y jefes políticos locales y regionales. Los interlocutores más visibles de las diferencias, Páez y Santander, eran consientes de los riesgos que conllevaba tal enfrentamiento, a pesar de haber compartido durante las guerras en el Apure la misma causa y compromiso anticolonial. Una vez mas en Casanare, la presencia de Santander, heredo de aquel gobierno en el exilio, permitía reafirmar su posición política sobre el destino de esta provincia. Cuando se encontraban en Angostura, cerca de Bolívar y como coronel del ejercito venezolano, había tenido coacción de pronunciarse con firmeza al respecto: Casanare había pertenecido a una confederación que tenia sus leyes, instituciones y funcionarios, y que no podía ser eliminado como entidad autónoma, sin el consentimiento y aprobación de aquellos pueblos que habían participado en la creación de las Provincias Unidas. Con esta afirmación, Santander se había opuesto a la incorporación de la provincia a al república de Venezuela, reivindicando una realidad política e institucional anterior y posterior a su liberación; Para él, las circunstancias políticas provocadas por la ocupación colonial solo han convertido a Venezuela en un aliado, no en un nuevo ocupante. La aspiración que sé venia buscando y que era la creación de una nación granadino- venezolana, solo era posible cuando se hubieran restituido los derechos originales de la provincia. Sobre este antecedente, en u Casanare libre y unido política y administrativamente a la Nueva Granada, era que Santander recibía el mando supremo de la provincia.
En pocos meses, y a partir de su llegada a Guarapalo, Santander consiguió organizar a Casanare en sus ramos civiles y de hacienda, centralizar en sus manos el mando de las tropas, y dejar disputo el territorio para la defensa. Entre el 27 de noviembre de 1818 y el 14 de enero de 1819, Santander logro superar los problemas de aislamiento, unido a las tropas y jefes, obtención de armas, vestuario y víveres, instrucción y disciplina. Para finales de enero, comenzó a retirarse a una decidida operación militar desde los Llanos así el interior de la Nueva Granada; conocida, por las redes de inteligencia que operaban en las ciudades del altiplano y por sus espías en la cordillera, el malestar de la población, la actividad de las guerrillas de la región - con las que tenia contactos- y los preparativos de una gran expedición realista contra Casanare, varias veces intentada por Samano, pero finalmente encomendada a un jefe español trasladado por Morillo desde Venezuela, José Maria Barreiros. Este, por su parte, desde su llegada a la Nueva Granada y a su capital, en agosto de 1818, había conseguido organizar una importante fuerza militar, que había afirmado su presencia en la cordillera y estaba preparada para adelantar la campaña de Casanare.
Las expediciones realistas
La primera expedición de Barreiros, en abril de 1819, resulta un fracaso completo; Su recorrido desde Morcote hacia Pore, La Trinidad y La Laguna, en donde creía que residían las bases militares de las guerrillas de la región, dejaron a la tropa realista a merced del clima, la escasez de aprovisionamientos, las escaramuzas de las guerrillas, que siempre pudieron divisar a la distancia pero nunca alcanzar, el agotamiento de sus raciones y de sus caballos, la disertación, de los soldados y la enfermedad. La hostilidad del medio y sus habitantes, muchos de los cuales preferían abandonar sus pueblos, convencieron a Barreiro de la inutilidad de su cometido. Decidió regresar, acosado por las guerrillas, a sus puestos fortificados en la cordillera, que reforzó ante el temor de una ofensiva total sobre el interior de la Nueva Granada.
Puestos como Medina, Gacheta, el Macanal, Miraflores, Puebloviejo, Paya y Salina, fueron los seleccionados como puntos de defensa, aunque Barreiro era consciente de que existían infinidad de vías de comunicación, utilizadas por los habitantes para llegar al llano. Mas al interior, pero como guardiciones de gran valor para asegurar la tranquilidad de las provincias vecinas, distribuyo tropas en Zipaquirá, Tunja, Sogamoso, Soatá y Socorro. En su informe al virrey Sámano, Barreiro reconocía las dificultades existentes para sujetar a Casanare: Poco conocimiento sobre los recursos de subsistencia, la ausencia de caminos y de guías que orientaran las tropas en el terreno, y la decisión de sus habitantes por la rebelión; no solo había incrementado él numero de sus efectivos, armamentos y caballería, sino las provincias del interior, durante el tiempo que estuvo internado en aquella región, se inundaron de guerrillas que han exigido gran dedicación de las tropas coloniales par su persecución y exterminio. En suma, concluida, la fidelidad de los habitantes de la causa del rey era cada vez menor. Aunque en mayo los españoles hicieron nuevas entradas hasta Pore, no lograron variar los resultados de la anterior expedición; por el contrario, la evidencia de su debilidad quedo demostrada con las ofensivas guerrilleras enviadas por Santander, que cruzaron las cordilleras llegando incluso hasta el valle de Tanza y ocupando alguno de los puestos más importantes como More, Paya, Chita y Garagoa, incluso el estratégico puesto de Salina. A comienzos de mayo, Santander estaba convencido de que Casanare era un territorio libre y no sujeto a mas inquietudes sobre invasiones realistas; por el contrario, se había convertido en una provincia de inmigrantes y refugiados, todos convencidos de la próxima liberación de la Nueva Granada. A partir del 20 de mayo, él ejercito libertador se consolida para su ofensiva, y a principios de junio Bolívar y Santander deciden el cruce de los Andes.
El cruce de los Andes
Bolívar había salido de Mantecal el 25 de mayo en compañía de Carlos Soublette, José Antonio Anzoategui, Ambrosio Plaza, Jaime Rook, Leonardo Infante y Juan José Rondon, entre otros jefes de regimiento y escuadrones; para el 12 de junio, se encontraban en el cuartel de Santander, en Tame. Existía pleno convencimiento de que los recursos en hombres, dinero, elementos para la guerra en Nueva Granada y era indispensable si se quería la liberación de Venezuela; y al mismo tiempo, si Morillo perdía el territorio, sé vería privado de sus abastecimientos para la guerra y debilitado en la Capitanía de Venezuela. Morillo por su parte, había presentado poco tiempo atrás un desalentador informe al Ministro de Guerra español, en el que exponía la creciente debilidad y aislamiento de las tropas y autoridades coloniales, así como el avance de los revolucionarios, apoyados por soldados ingleses, corsarios antillanos y aventureros franceses, en medio de los cuales también participaban intereses estadounidenses. Pero quizás lo más importante de esta ofensiva revolucionaria eran los puntos y regiones desde donde operaban y donde atacaban.
Años atrás, Morillo había denunciado los riesgos enormes que el imperio corría si la Guayana caí en poder de los revolucionarios; A mediados de 1819, sé podía demostrar que las incursiones guerrilleras en la cordillera Andina y la agitación que vivan las provincias del interior estaban alimentadas por armas y hombres que venían del Orinoco, el Meta y el Casanare. Pero, en forma casi simultánea, otras regiones eran atacadas y posiciones estratégicas amenazadas; era el caso de la invasión del istmo de Panamá por una expedición de rebeldes nativos y extranjeros, comandados por corsarios antillanos e ingleses, MacGregor y Aury, quienes habían convertido la isla de providencia en una base de operaciones contra el comercio español y en una permanente amenaza de los puertos del caribe granadino, especialmente Cartagena. A pesar de que MacGregor, excombatiente en los llanos venezolanos, no logró consolidar su posición en Portobelo y fue derrotado, la región continuó siendo un punto débil en el sistema defensivo español.
El 15 de junio comenzó propiamente la campaña libertadora con dos grandes ejércitos, el de la vanguardia al mando de Santander, y el de la retaguardia al mando de Anzoátegui; la ruta señalada por Bolivar respondía a un movimiento audaz y desestimado por los realistas: cruzar por el páramo de Pisba, considerado un lugar mortal para los llaneros, e imposible de cruzar debido a los enormes costo humanos que la empresa traería. En Paya se dieron los primeros combates, el 27 de junio, resultando de ello la retirada de las tropas españolas hacia Sogamoso y la difusión de la noticia del avance revolucionario hacia las capitales granadinas; la agitación política y los levantamientos guerrilleros se incrementaron en el interior y desde varios puntos salieron grupos a buscar el ejército libertador y obstaculizar las defensas realistas. Hubo acciones en Quicagota, Chiuquinquirá, Villa de Leiva, Susa, Chitarque, Charalá, Coromoro, Guacheta, Valle de Tenza, Machetá, Chocontá, Cepitá, Capitanejo, Soatá, Chiscas y Cocuy, entre otros. La dispersión de la atención de Barreiro y su frente militar en la cordillera contribuyó a crear desorganización y aislamiento en las tropas realistas.
Después del dramático paso de Pisba, las tropas libertadoras encontraron la acogida y protección de los habitantes de Socha, quienes, organizados por el cura, aprovisionaron a los sobrevivientes. La ruta continuó por los puntos de Tasco, Corrales y Gámeza, en donde los enfrentamientos, victoriosos para los revolucionarios, alarmaron a Barreiro sobre la capacidad y el potencial bélico y moral de sus enemigos. Para el 20 de julio, se habían unido varias guerrillas, aumentando su fuerza, como las del Socorro, Fábita y Coromoro, estás últimas en Bonza. El 25 de julio, en el sitio llamado Pantano de Vargas, una temeraria acción de la caballería y los lanceros del ejercito libertador dio una importante victoria sobre Barreiro. Su posición y la del Virreinato eran cada vez más precarias, en especial por la imposibilidad de movilizar con rapidez contingentes de otras provincias.
Por un lado, las guerrillas que actuaban en Tocaima, Cunday, Melgar y Apicalá y La Mesa bloquearon las comunicaciones y el desplazamiento de tropas; por otro lado, el importante destacamento proveniente del Socorro, solicitado por el virrey como el auxilio de Barreiro, y que debía llegar a Tunja el 4 de agosto, se enfrentó en un sangriento combate con guerrillas en Charalá y, a pesar de que pudieron cruzar, su presencia en las cercanías de Tunja fue recibida con noticias de mayor gravedad: el 7 de agosto, las tropas de Barreiro habían sido definitivamente derrotadas en el Puente de Boyacá, sobre el río Teatinos. Los sobrevivientes huyeron en diferentes direcciones, perseguidos por el ejército y cercados por las guerrillas que obstaculizaban los paso hacia Cúcuta y hacia Honda. El 9 de agosto. El virrey Sámano huyo de Santa fe rumbo al Magdalena, y por el río hacia Cartagena. Los intentos de resistencia y reorganización realista fueron destruidos por las guerrillas que actuaban en Muzo y Ubaté, Guasca y Guatavita. En el norte y el suroccidente del territorio, las tropas españolas sufrieron nuevos descalabros al animarse el sentimiento republicano: el valle de Cúcuta vivió decisivas jornadas durante agosto de 1819, que paralizaron a las tropas de Miguel de la Torre, quien no logró pasar de Pamplona, ciudad que cayó en poder de los revolucionarios el 1 de septiembre. Por su parte el Valle del Cauca y la provincia de Popayán, refugio de los sobrevivientes del altiplano y fortín realista, conoció levantamientos armados republicanos, derrotas sucesivas del ejercito colonial y dispersión de sus restos: Cali, Buga y Tulúa fueron ocupadas por los revolucionarios, mientras en Antioquia se desarrollaban combates que consolidaban los logros políticos y militares de Boyacá. Dos meses después de Boyacá, solo quedaban en manos realistas la s costas y el suroccidente, que tenía como eje realista a Pasto; Santa fe fue prontamente ocupada. Para Morillo el golpe había sido decisivo: las posesiones españolas en América habían quedado separadas con la pérdida de la Nueva Granada, augurándose un pronto final para las escasas porciones fieles al rey, que subsistían precariamente en medio de la ofensiva revolucionaria; en su informe de la derrota, enviada al ministro de guerra español, destacaba el inmenso valor económico y estratégico que Bolívar había conquistado: un territorio rico, con el que podía contar para financiar el resto de la guerra en todas las provincias del norte; con la caída de la Nueva Granada, muchos puertos en él pacifico se convertirían en bases de corsarios, que dando a su merced las posesiones del Perú: Casa de monedas, arsenales, fábricas de armas, talleres y toda la riqueza humana y natural de la colonia. Final mente la posesión de Venezuela se ofrecía insostenible en especial, cuando los puertos de Cartagena y Puerto Cabello comenzaran a ser hostilizados por los corsarios y las naves rebeldes; Morillo preveía un resultado más funesto para la causa del rey; la Costa Firme, definida por el Pacificador como la "América militar", estaba a punto de desparecer, y con ella la posesión colonial del norte de Sudamérica.
El nuevo régimen
Las dificultades del nuevo régimen surgían desde todos los puntos del territorio; no sólo se debía reconstruir la economía y la moral del país, sino que también se debían asegurar militarmente las conquistas del mes de agosto. A medida que transcurrieron los últimos meses de 1819, la Nueva Granada fue adquiriendo la misma dimensión que había tenido en los planes de la reconquista española, y en la personal visión estratégica de Morillo: una fuente de financiación, reclutamiento y aprovisionamiento para la guerra en Venezuela y en el sur. Bolívar, siguiendo los principios establecidos por el congreso de Angostura, nombró como vicepresidente de la Nueva Granada a Santander y se marchó, conservando el mando único de la guerra, el 21 de septiembre hacia las provincias del norte. El territorio quedó sometido a un régimen provisional, mientras el Congreso convocaba a elecciones en los lugares recientemente liberados, para formar una nueva representación legislativa; el territorio de las "Provincias Libres de la Nueva Granada" estaba constituido por diez provincias: Santa fe, Tunja, Socorro, Pamplona, Neiva, Mariquita, Antioquia, Chocó, Casanare y una parte importante de Popayán. Durante estos meses, el nuevo gobierno se vio obligado a conservar las rentas provisionales de la dominación colonial tanto las que habían sido restauradas por la pacificación, como aquellas que habían sido abandonadas. Su preocupación fundamental era evitar que la sensibilidad de los habitantes a nuevas contribuciones deteriorara las relaciones políticas y minara al respaldo al gobierno revolucionario; era consciente de que los abusos fiscales podían causar mayor tropiezo que la represión militar.
En su conjunto, el gobierno consideraba que la situación de guerra que vivían las provincias y la defensa de su independencia no era propicia para hacer reformas, ya que esos tiempos no favorecían la meditación, ni la deliberación, o cambios que introdujeran desorganización; Aceptaban por el contrario, que existía una legislación española que no se oponía a la revolución, en especial el sistema de rentas.
Las exigencias bélicas y la necesidad de normalizar la circulación de una moneda fueron otros aspectos que enfrentó el gobierno, se ordenó la circulación de la "macuquina", pero acuñada con la efigie de una india. Por otro lado, la gran preocupación continua siendo la producción de las minas de plomo y el trabajo permanente en las fábricas de salitre y en la elaboración de pólvora. La idea de crear una gran reserva para el momento que se adelantara la campaña en el sur fue tomando fuerza.
En suma, el gobierno comenzó a sentar las bases de una administración adelantando tareas como: la vigilancia, con base en el patriotismo y conducta de épocas anteriores, de la vinculación del nuevo personal para el ramo de hacienda; el nombramiento de gobernadores y comandantes, sin consulta popular debido a las circunstancias; la fijación de los sueldos de los funcionarios de la República, que la insuficiencia de fondos públicos para cubrirlos obligó a fijar solamente a la mitad; la creación de una corte suprema de justicia y el nombramiento de magistrados; el manejo de las relaciones con la iglesia y los diezmos; el establecimiento de un cuerpo de milicias que defendiera ala republica y una política que velara por la tranquilidad del país, el manejo de las propiedades embargadas al enemigo, o abandonadas y que fueron entregadas en arriendo a sujetos pudientes, la sanidad publica, por medio del aseo por calles, plazas y la limpieza de los caños, costeado con contribuciones de los dueños de viviendas y tiendas, así como la conservación de caminos y reconstrucción de puentes.
El congreso de angostura.
A finales de 1819, la Nueva Granada recibió la ley fundamental de la republica de Colombia, decretada por el congreso de Angostura el 17 de diciembre. En ella se sancionaba la unión de Venezuela y la nueva granada en una sola republica, en una superficie que encontraban difícil de precisa, dadas las circunstancias; Las deudas eran asumidas con una única deuda nacional, sé reconocía a un poder ejecutivo ejercido por el presidente, o en su defecto por el vicepresidente, ambos nombrados internamente por el congreso. Esta nueva republica estaba dividida en tres grandes departamentos: Venezuela, Quito y Cundinamarca, con capitales en Caracas, Quito y Bogota, respectivamente; el nombre de santa fe, como de la Nueva Granada, fueron eliminados por el congreso. Cada uno de los departamentos tendría una administración y un jefe nombrado por el Congreso, con él titulo del vicepresidente. Finalmente, la ley fundamental decreta la reunión de un congreso general de Colombia para el 1 de enero de 1821, en la villa del rosario de Cúcuta, cuya convocatoria le haría el presidente de la republica en enero de 1820. allí debería nacer la constitución política de Colombia, elaborada por los representantes elegidos por el pueblo independiente del nuevo estado.
En la historia de la revolución de independencia, el congreso de angostura se constituyo en una experiencia política de gran trascendencia, tanto al interior de Venezuela y nueva granada, como hacia el exterior, en especial en la búsqueda de un apoyo decidido por parte de Gran Bretaña y los Estados Unidos. Aunque ambos Estados se encontraban bondades económicas y políticas en su apoyo a la revolución, cada uno se mostró cauteloso frente a España y la Santa Alianza, en la medida en que sus respectivos intereses nacionales e imperiales podían primar sobre las esperanzas de los republicanos venezolanos y granadinos. No es en vano, bolívar se expresaba críticamente contra la diferencia que, a lo largo de 10 años, habían ofrecido a los estados europeos y los estados Europeos y a los Estados Unidos, juzgaba que gran parte de ella residía en la falta de una unidad entre Venezuela y Nueva Granada, de ahí que el nuevo estado de Colombia pudiera ofrecer mayor atracción e interés por parte de las naciones.
Desde su instalación, el 15 de febrero de 1819, Bolívar había recomendado al congreso de angostura el establecimiento de unas bases políticas y administrativas que condujeran una vez liberadas las provincias del dominio colonial español, a la unión colombiana y la creación de un marco constitucional que representara los intereses de los pueblos y defendiera los principios, derechos y deberes que consolidaran los hechos victoriosos de las armas. Frente a los estados interesados en auxiliar a los revolucionarios en su lucha contra España, angostura y los representantes elegidos en las provincias libres de Venezuela y de Casanare se constituyeron en una base fidedigna de los alcances mismos de la lucha anticolonial, angostura se volvió asiento de observadores y representantes estadounidenses o británicos.
Uno de aquellos observadores extranjeros, James Hamilton, queda muy impresionado con la instalación del congreso y las pautas trazadas por bolívar, en este, se había reconocido a un jefe político y militar de hondos sentimientos liberales, admirador de la tradición constitucional y de gobierno de gran Bretaña, experiencia que había recomendado a los legisladores, estos por su parte, habían mostrado durante el desarrollo de las sesiones buen sentido, moderación y liberalismo, especialmente aquel que caracterizaba la imperio Británico y no la practicado por las revoluciones francesas. Con tales testimonios la Gran Bretaña aparecía depronto como un modelo a seguir, como protectora de los derechos del hombre, y como una aliada necesaria para todos aquellos pueblos que luchan por su libertad. El balance del ingles iba mas allá: La unidad de Venezuela, y Nueva Granada, como objetivo del congreso, teoría de grandes ventajas a los habitantes del nuevo estado que contaría con una riqueza natural reunida en un solo territorio, con dos mares, abundantes puertos, gran variedad de climas, riqueza fluvial que favorecía el desarrollo del comercio interior, abundancia en madera y minas, una población trabajadora y amistosa y, especialmente contaría con el dominio de la comunicación entre el atlántico y el pacifico.
Hamilton era una prueba del calculo echo por Bolívar, sus informes a los interesados en Gran Bretaña, especialmente en cuanto a su capacidad de contraer deudas y en sus esfuerzos por afirmar un estado que respondiera a todos los compromisos internacionales, era la demostración más exitosa del proyecto político.
Después de Boyacá y de la proclamación de la ley fundamental de la republica de Colombia, Bolívar consideró oportuno enviar nuevos representantes a Estados Unidos y Europa, en vista de apoyo político y empresitas para continuar con la empresa libertadora, Francisco Antonio Zea, figura de gran peso en el desarrollo de las sesiones del congreso, fue comisionado al exterior mientras se continuaba apoyando la actividad de los enviados Peñalver y Vergara a Londres, quienes estaban negociando un empresita a nombre de la Republica. Bolívar había hecho las mismas consideraciones de Hamilton sobre los positivos efectos de la proclamación de un solo estado.
El año 1819, en el norte de Sudamérica, fue un paso definitivo en las luchas anticoloniales de los revolucionarios hispanoamericanos, construyo un bastión republicano que desplazaría fuerzas que encerrarían la resistencia realista en Perú, y aunque terminarían colisionando con los intereses locales y con los proyectos rivalizaba en la cooperación y solidaridad entre los revolucionarios hispanoamericanos; construyó un bastión republicano que desplazaría fuerzas que encerrarían la resistencia realista en el Perú, y que aunque terminarían colisionando con los intereses locales y con los proyectos rivales del Imperio del Brasil y las Provincias Unidas del Río de La Plata, apoyaron los éxitos militares conseguidos por José de San Martín y Bernardo O'Higgins, quienes en una acción intrépida a través de los Andes, y desplazándose desde Buenos Aires, baluarte de la revolución en el sur, invadieron Chile y derrotaron a los españoles en Maipú, en 1818. Desde Angostura, la revolución cobraba cada vez más una dimensión continental, cuya defensa hacia el futuro descansaba en la cooperación y solidaridad entre los revolucionarios. En una primera instancia, la fundación de la República de Colombia aparecía a los ojos de Bolívar como la garantía de la independencia de América del Sur. 1819 cerró una fase de las luchas políticas revolucionarias en Colombia. Le esperaba un camino sembrado de controversias y dificultades en el proceso de construcción de un estado independiente.
El Puente de Boyacá
La repentina aparición del Ejército Libertador y sus rápidos e imprevistos movimientos llenaron de confusión al Ejército Español que había destacado el virrey Samano y que mandaba como comandante en jefe, el general Barreiro piensa que no podrá contener en la llanura de Tunja al ejército patriota y trata de retirarse para refugiarse en Bogotá y defender la capital, pero Bolívar no le daba tiempo para efectuar sus propósitos y le corta el avance a las 2 de la tarde del día 7 de agosto, interceptándolo en el puente de Boyacá.
El Batallón Cazadores, de la vanguardia patriota, desplegó una compañía en guerrilla y con el resto de sus columnas atacó a los Cazadores Realistas, y los obligó a retirarse precipitadamente hacia un paredón, de donde fueron también desalojados; luego, los rebeldes pasaron el puente y ocuparon posiciones del otro lado para impedir el paso del enemigo, mientras la infantería de Santander efectuaba el descenso y la caballería marchaba con resolución por el camino.
Mientras Santander impedía que el general Barreiro con el grueso de sus fuerzas pasara el puente, el coronel Anzoátegui recibía órdenes de atacar el ala derecha y el centro del Ejército Realista.
La capacidad de Anzoátegui y su arrojo personal brillaron una vez más, y con sus lanceros envolvió a la infantería enemiga, ocupándoles todas sus piezas de artillería. La caballería realista se puso en fuga siendo alcanzada y sableada sin misericordia. La jornada terminó con cargas a la bayoneta del Batallón Guías, que completó la victoria.
Todo el ejército enemigo quedo en poder de Bolívar; el general en jefe de los españoles, Barreiro, fue capturado por el soldado Raúl Martínez en pleno campo de batalla, mientras 1600 soldados, con todo su equipo caía en manos de los diversos cuerpos patriotas.
El general Soublette, jefe de Estado Mayor del Ejército Libertador, dio cuenta de que 2000 soldados del ejército patriota aplastaron a más de 3000 realistas, destacando en el parte oficial de la batalla, fechado el día 8 de agosto en Venta Quemada": Nada es comparable a la intrepidez con que el señor general Anzoátegui, a la cabeza de dos batallones y un escuadrón de caballería, atacó, hirió y rindió al cuerpo principal del enemigo."
El resultado de la batalla fue la completa independencia de Nueva Granada y el decreto posterior del Congreso de Angostura, de unificar Venezuela y Nueva Granada en un solo Estado que tomaría el nombre de Colombia en homenaje al descubridor Colón.
Luego Bolívar dispuso la convocatoria para una Asamblea Constituyente en Rosario de Cúcuta, para sentar las bases institucionales de la Gran Colombia y lanzar al mundo los principios de la unidad americana que años atrás había prometido a Nariño y a Camilo Torres
(Publicado en "Juventud Rebelde", el 6 de agosto de 1971).
La repentina aparición del Ejército Libertador y sus rápidos e imprevistos movimientos llenaron de confusión al Ejército Español que había destacado el virrey Samano y que mandaba como comandante en jefe, el general Barreiro piensa que no podrá contener en la llanura de Tunja al ejército patriota y trata de retirarse para refugiarse en Bogotá y defender la capital, pero Bolívar no le daba tiempo para efectuar sus propósitos y le corta el avance a las 2 de la tarde del día 7 de agosto, interceptándolo en el puente de Boyacá.
El Batallón Cazadores, de la vanguardia patriota, desplegó una compañía en guerrilla y con el resto de sus columnas atacó a los Cazadores Realistas, y los obligó a retirarse precipitadamente hacia un paredón, de donde fueron también desalojados; luego, los rebeldes pasaron el puente y ocuparon posiciones del otro lado para impedir el paso del enemigo, mientras la infantería de Santander efectuaba el descenso y la caballería marchaba con resolución por el camino.
Mientras Santander impedía que el general Barreiro con el grueso de sus fuerzas pasara el puente, el coronel Anzoátegui recibía órdenes de atacar el ala derecha y el centro del Ejército Realista.
La capacidad de Anzoátegui y su arrojo personal brillaron una vez más, y con sus lanceros envolvió a la infantería enemiga, ocupándoles todas sus piezas de artillería. La caballería realista se puso en fuga siendo alcanzada y sableada sin misericordia. La jornada terminó con cargas a la bayoneta del Batallón Guías, que completó la victoria.
Todo el ejército enemigo quedo en poder de Bolívar; el general en jefe de los españoles, Barreiro, fue capturado por el soldado Raúl Martínez en pleno campo de batalla, mientras 1600 soldados, con todo su equipo caía en manos de los diversos cuerpos patriotas.
El general Soublette, jefe de Estado Mayor del Ejército Libertador, dio cuenta de que 2000 soldados del ejército patriota aplastaron a más de 3000 realistas, destacando en el parte oficial de la batalla, fechado el día 8 de agosto en Venta Quemada": Nada es comparable a la intrepidez con que el señor general Anzoátegui, a la cabeza de dos batallones y un escuadrón de caballería, atacó, hirió y rindió al cuerpo principal del enemigo."
El resultado de la batalla fue la completa independencia de Nueva Granada y el decreto posterior del Congreso de Angostura, de unificar Venezuela y Nueva Granada en un solo Estado que tomaría el nombre de Colombia en homenaje al descubridor Colón.
Luego Bolívar dispuso la convocatoria para una Asamblea Constituyente en Rosario de Cúcuta, para sentar las bases institucionales de la Gran Colombia y lanzar al mundo los principios de la unidad americana que años atrás había prometido a Nariño y a Camilo Torres
(Publicado en "Juventud Rebelde", el 6 de agosto de 1971).
ALGUNOS DIRIGENTES MILITARES EN LA BATALLA DE BOYACÁ.
JOSE ANTONIO PAEZ: nació en 1970. En los llanos de Casanare y Apure realizo sus mayores proezas, sobresaliendo por su extraordinario espíritu guerrero. El año 17 derroto al Brigadier La Torre en Mucuritas y a Morillo en las Queseras del Medio dos años después, cuando con 150 jinetes ataco al ejercito español que sumaba mas de 4.000. En la Campaña de Nueva Granada tuvo el encargo del Libertador de realizar una maniobra de penetración al Virreinato por el camino del Cauca. El año 21 contribuyo con su esfuerzo al triunfo de las armas republicanas en Carabobo.
Separada Venezuela de la Gran Colombia en 1830, fue su Primer Presidente Constitucional. Falleció en Nueva York el año 1873.
FRANCISCO DE PAULA SANTANDER: Nació en el Rosario de Cauca en 1792. Fue de los primeros en luchar por el movimiento independentista. Sometidas por las provincia de la Nueva Granada el año 16 por Morillo, se retiro al Apure. Realizo la campaña de los llanos en 1819 como sub.- Jefe de Estado Mayor. Ascendido por meritos a General de Brigada, Bolívar lo nombro jefe de la División de Casanare, en donde organiza la Vanguardia del ejercito que triunfo el año siguiente en Boyacá. Murió en Bogota en 1840.
PABLO MORILLO: Nació en España en 1771. se distinguió en la guerra contra Napoleón. En 1815 vino a América con una expedición de mas de 15.000 hombres a someter las colonias insurrectas en Tierra Firme. Lucho durante cinco años en tierras venezolanas por mantener en alto la bandera Española.
En 1820 firmo con El Libertador el Tratado de Regularización de la guerra y regreso de nuevo a España, donde murió en 1837.
JUAN SAMANO: Nació en 1750 en España, le toco pelear por su patria contra él ejerció Napoleónico. Vino a América el año 14, haciendo campaña en el Sur. Ejerció el Virreinato de Santa fe desde Marzo de 1818 hasta el 9 de agosto del año siguiente en que huyo de Bogota al enterarse de la derrota de Barreiro en Bogota. Fue cruel y sanguinario, defraudo la confianza del Rey. Murió en Panamá a los 70 años de edad.
GENERAL DON JOSE BARREIROS: Oficial de Artillería. Distinguiéndose especialmente en el Gobierno de Cumana. Morillo la tenia alta estima. Pierde la iniciativa en la Campaña contra las tropas libertadoras y derrotado en Boyacá es fusilado por el mismo Santander el mismo año de 1819.
CARLOS SOUBLETTE: Nació en Caracas el año de 1789, le presto servicios a la patria, desde la declaración de independencia en 1811. siempre sé desempeño con pulcritud y acierto, lo que más le mereció la confianza del Libertador. Como jefe del Estado Mayor del Ejercito Libertador, realizo la campaña de la Nueva Granada el año 19. murió en 1870 en Caracas luego de haber sido -años mas tarde- presidente de la Republica de Venezuela.
PEDRO BRICEÑO MENDEZ: Nació en Barinas a fines del siglo XVIII. Acompaño al Libertador como secretario suyo los años 13,14 y 15. estuvo con Piar en El Juncal y San Félix. Realizo la Campaña Libertadora del año 19; peleo mas tarde en Carabobo el año 21. Próxima ya la muerte de Bolívar, este lo nombro su albacea testamentario. Alcanzo la alta Jerarquía de General en jefe.
Falleció en 1835.
JACINTO LARA: Nació en Carora. Realizo las campañas del Alto Llano, Casanare, Apure y Nueva Granada. Combatió en Junín y Ayacucho, siendo uno de los Libertadores que realizaron campañas por la independencia, en territorio de los países Bolivarianos.
Retirado del ejercito, fue Gobernador de Barquisimeto, Provincia que más tarde recibió el nombre de Estado Lara, en homenaje a este ilustre prócer. Murió en 1859.
JOSE ANTONIO ANZOATEGUI: Nació en Barcelona en 1789. inició la lucha de independencia en 1810, al sumarse la Provincia de Barcelona al movimiento del 19 de Abril en Caracas. Se hallo en numerosas acciones: Araure, San Mateo, El Juncal, San Félix, Calabozo, Semen, Ortiz, etc. Participo con extraordinario valor en las batallas del Pantano de Vargas y Boyacá.
Murió en Pamplona el 15 de noviembre del año 1819.
Murió en Pamplona el 15 de noviembre del año 1819.
DANIEL FLORENCIO O'LEARY. - nacido en irlanda en 1801, llego a Venezuela el año 17 con el grado de alférez. Realizo las campañas de apure y libertadora de la nueva granada. En 1821 se hallo en carabobo.
Bolívar le dispenso una gran confianza a la que correspondió con lealtad. Mas que por sus proezas militares, se le recuerda como autor de las memorias, conjunto de recopilaciones y narraciones básicas para el estudio de nuestra historia.
Luego de permanecer varios años en la gran bretaña, regreso a Colombia donde murió en 1854.
DIEGO IBARRA. - nació en 1798. fue primer ayudante del libertador, con quien estuvo en los cayos, angostura calabozo, semen Ortiz y rincón de los toros. En la campaña de la nueva granada se desempeño como edecán del libertador, distinguiéndose en todas las acciones que culminaron con el triunfo de Boyacá. En carabobo, el año 21 fue ascendido a coronel.
Murió en el año 1852.
Bolívar le dispenso una gran confianza a la que correspondió con lealtad. Mas que por sus proezas militares, se le recuerda como autor de las memorias, conjunto de recopilaciones y narraciones básicas para el estudio de nuestra historia.
Luego de permanecer varios años en la gran bretaña, regreso a Colombia donde murió en 1854.
DIEGO IBARRA. - nació en 1798. fue primer ayudante del libertador, con quien estuvo en los cayos, angostura calabozo, semen Ortiz y rincón de los toros. En la campaña de la nueva granada se desempeño como edecán del libertador, distinguiéndose en todas las acciones que culminaron con el triunfo de Boyacá. En carabobo, el año 21 fue ascendido a coronel.
Murió en el año 1852.
colombia 1908
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lunes, 22 de noviembre de 2010
Historia de Colombia
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Poporo de la Cultura Quimbaya en exhibición en el Museo del Oro
Hace referencia a los acontecimientos que han marcado el devenir histórico de la actual República de Colombia, un país latinoamericano ubicado al noroccidente de América del Sur, con una superficie de 2.070.408 km² (1.141.748 km² corresponden a su territorio continental y los restantes 928.660 km² a su extensión marítima) y una población de 44.091.133.[1] Colombia se conforma como estado en 1810 a partir del Virreinato de la Nueva Granada, colonia del Imperio español que había sido fundada en 1550. En 1886 toma definitivamente su nombre actual de República de Colombia. Su historia se divide por lo general en época precolombina, descubrimiento y conquista española, colonia, independencia, consolidación republicana y siglo XX. Gran parte de la historia de Colombia tiene una estrecha relación con la historia de España hasta la independencia y las historias de Ecuador, Venezuela, Panamá y de América Latina en general.
El primer siglo republicano fue turbulento, con la tensión entre una concepción federalista del estado a la manera estadounidense y una concepción centralista a la manera francesa, lo que condujo al país a permanentes guerras y dio principio a los partidos conservador y liberal. La Constitución de 1886 liderada por el presidente Rafael Núñez puso fin a la hegemonía liberal y creó un estado centralista, conservador y estrictamente católico.
Entre mediados del siglo XIX y XX fue inaugurado en Colombia por la Guerra de los Mil Días, que debilitaría de gran manera al Estado, frenaría el desarrollo económico y haría que el país perdiera a Panamá en 1903. Una primera revolución industrial colombiana se daría con el regreso de gobiernos liberales, pero la Masacre de las Bananeras evidenciaría una enorme situación de desventaja del obrero colombiano que caracterizaría el resto del siglo.
Sin duda el acontecimiento más notable del siglo XX en Colombia fue el asesinato del caudillo liberal Jorge Eliecer Gaitán en un magnicidio que aún no se esclarece. Dicho evento, ocurrido el 9 de abril de 1948, precipitaría al país a una violencia inusitada que se ensañó especialmente con el campesinado y que enfrentó a muerte a los dos partidos tradicionales. El Frente Nacional, un pacto entre ambos partidos, reconcilió a los jefes, pero dejó por fuera a muchos sectores, los cuales serían la semilla de las guerrillas liberales y comunistas que durarían todo el resto del siglo. El fortalecimiento de las mafias de la droga a partir de la década del 70 pondría en jaque a la sociedad colombiana y afectaría profundamente a las clases dirigentes. Sin embargo, presiones internacionales, especialmente por parte de los Estados Unidos y la labor ética de ciertos políticos, periodistas, jueces y autoridades que no se doblegaron ante el avance de las mafias, causaron una sangrienta guerra contra el estado en la década de los 80 y especialmente hasta la muerte de Pablo Escobar, su principal líder, en 1993. El gobierno del presidente César Gaviria llevó a cabo un proceso al que llamó "apertura económica" que hizo que Colombia pasara de una economía proteccionista a una globalizada. Con Gaviria se adelantó la Constituyente en la cual se firmó una nueva Carta Política.
El gobierno del presidente Andrés Pastrana adelantó los diálogos más cercanos que se hayan tenido con las guerrillas y muy especialmente con las FARC al crear zonas de despeje. Sin embargo, estas fortalecieron su accionar militar en el país por medio de atentados, secuestros, intimidación y tráfico de drogas. Por su parte, se crearon los grupos Paramilitares, especialmente bajo el liderazgo de las AUC cuyo fin era combatir a las guerrillas. Dichos grupos tuvieron el respaldo de numerosos miembros de las fuerzas militares y policiales, así como de políticos y hacendados. El accionar de los paramilitares en Colombia y sus batallas en contra de las guerrillas, creó un drama humanitario de proporciones mundiales al poner al país como uno de los primeros en número de desplazados, crímenes de guerra como masacres y terror en numerosas regiones del país.
El estado de violencia y desesperanza llevó a que los colombianos vieran la propuesta de Seguridad democrática presentada por Álvaro Uribe como la mejor opción. Al asumir como presidente en 2002, Uribe adelantó un proceso de reinserción de los grupos paramilitares, ha doblegado la fuerza de las guerrillas y ha adelantado un intenso programa de globalización de la economía caracterizado por la firma de tratados de libre comercio con otros países. El presidente impulsó una reforma política que determinó una modificación en la constitución de 1991, esta reforma establecía la posibilidad de reelección inmediata para el máximo dirigente del estado, así, pudo presentarse como candidato en 2006 y ser reelegido en un segundo término (2006-2010). Sin embargo, su gobierno ha sido el centro de álgidos debates dentro y fuera del país: para muchos observadores ha devuelto la paz y la seguridad a Colombia mientras devolvió la credibilidad a instituciones como la policía y el ejército. Para otros observadores existen varios problemas: los crecientes escándalos de corrupción en las instituciones y referentes a la modificación del artículo de la constitución que permitió la reelección inmediata del presidente y el aumento en la violación de los derechos humanos por parte de los actores armados. En 2010 se elige al nuevo presidente Juan Manuel Santos que tiene una ideología básicamente similar a la de el presidente Alvaro Uribe Velez, pero con nuevos intereses hacia la población y relaciones internacionales.
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Hace referencia a los acontecimientos que han marcado el devenir histórico de la actual República de Colombia, un país latinoamericano ubicado al noroccidente de América del Sur, con una superficie de 2.070.408 km² (1.141.748 km² corresponden a su territorio continental y los restantes 928.660 km² a su extensión marítima) y una población de 44.091.133.[1] Colombia se conforma como estado en 1810 a partir del Virreinato de la Nueva Granada, colonia del Imperio español que había sido fundada en 1550. En 1886 toma definitivamente su nombre actual de República de Colombia. Su historia se divide por lo general en época precolombina, descubrimiento y conquista española, colonia, independencia, consolidación republicana y siglo XX. Gran parte de la historia de Colombia tiene una estrecha relación con la historia de España hasta la independencia y las historias de Ecuador, Venezuela, Panamá y de América Latina en general.
El primer siglo republicano fue turbulento, con la tensión entre una concepción federalista del estado a la manera estadounidense y una concepción centralista a la manera francesa, lo que condujo al país a permanentes guerras y dio principio a los partidos conservador y liberal. La Constitución de 1886 liderada por el presidente Rafael Núñez puso fin a la hegemonía liberal y creó un estado centralista, conservador y estrictamente católico.
Entre mediados del siglo XIX y XX fue inaugurado en Colombia por la Guerra de los Mil Días, que debilitaría de gran manera al Estado, frenaría el desarrollo económico y haría que el país perdiera a Panamá en 1903. Una primera revolución industrial colombiana se daría con el regreso de gobiernos liberales, pero la Masacre de las Bananeras evidenciaría una enorme situación de desventaja del obrero colombiano que caracterizaría el resto del siglo.
Sin duda el acontecimiento más notable del siglo XX en Colombia fue el asesinato del caudillo liberal Jorge Eliecer Gaitán en un magnicidio que aún no se esclarece. Dicho evento, ocurrido el 9 de abril de 1948, precipitaría al país a una violencia inusitada que se ensañó especialmente con el campesinado y que enfrentó a muerte a los dos partidos tradicionales. El Frente Nacional, un pacto entre ambos partidos, reconcilió a los jefes, pero dejó por fuera a muchos sectores, los cuales serían la semilla de las guerrillas liberales y comunistas que durarían todo el resto del siglo. El fortalecimiento de las mafias de la droga a partir de la década del 70 pondría en jaque a la sociedad colombiana y afectaría profundamente a las clases dirigentes. Sin embargo, presiones internacionales, especialmente por parte de los Estados Unidos y la labor ética de ciertos políticos, periodistas, jueces y autoridades que no se doblegaron ante el avance de las mafias, causaron una sangrienta guerra contra el estado en la década de los 80 y especialmente hasta la muerte de Pablo Escobar, su principal líder, en 1993. El gobierno del presidente César Gaviria llevó a cabo un proceso al que llamó "apertura económica" que hizo que Colombia pasara de una economía proteccionista a una globalizada. Con Gaviria se adelantó la Constituyente en la cual se firmó una nueva Carta Política.
El gobierno del presidente Andrés Pastrana adelantó los diálogos más cercanos que se hayan tenido con las guerrillas y muy especialmente con las FARC al crear zonas de despeje. Sin embargo, estas fortalecieron su accionar militar en el país por medio de atentados, secuestros, intimidación y tráfico de drogas. Por su parte, se crearon los grupos Paramilitares, especialmente bajo el liderazgo de las AUC cuyo fin era combatir a las guerrillas. Dichos grupos tuvieron el respaldo de numerosos miembros de las fuerzas militares y policiales, así como de políticos y hacendados. El accionar de los paramilitares en Colombia y sus batallas en contra de las guerrillas, creó un drama humanitario de proporciones mundiales al poner al país como uno de los primeros en número de desplazados, crímenes de guerra como masacres y terror en numerosas regiones del país.
El estado de violencia y desesperanza llevó a que los colombianos vieran la propuesta de Seguridad democrática presentada por Álvaro Uribe como la mejor opción. Al asumir como presidente en 2002, Uribe adelantó un proceso de reinserción de los grupos paramilitares, ha doblegado la fuerza de las guerrillas y ha adelantado un intenso programa de globalización de la economía caracterizado por la firma de tratados de libre comercio con otros países. El presidente impulsó una reforma política que determinó una modificación en la constitución de 1991, esta reforma establecía la posibilidad de reelección inmediata para el máximo dirigente del estado, así, pudo presentarse como candidato en 2006 y ser reelegido en un segundo término (2006-2010). Sin embargo, su gobierno ha sido el centro de álgidos debates dentro y fuera del país: para muchos observadores ha devuelto la paz y la seguridad a Colombia mientras devolvió la credibilidad a instituciones como la policía y el ejército. Para otros observadores existen varios problemas: los crecientes escándalos de corrupción en las instituciones y referentes a la modificación del artículo de la constitución que permitió la reelección inmediata del presidente y el aumento en la violación de los derechos humanos por parte de los actores armados. En 2010 se elige al nuevo presidente Juan Manuel Santos que tiene una ideología básicamente similar a la de el presidente Alvaro Uribe Velez, pero con nuevos intereses hacia la población y relaciones internacionales.
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